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# Una Nueva Visión del Dinero - 4. El dinero al servicio del cuerpo y el cuerpo al servicio del dinero ![](https://siran.github.io/assets/a_new_vision_on_money/man-lifting-money.png) Anteriormente, vimos que al separarnos de Dios creamos la primera y única carencia: la carencia de Dios. Esta carencia se fraccionó y transformó en miles de necesidades. Estas necesidades se proyectaron sobre el cuerpo y ahora parece ser el cuerpo el que carece de cosas y necesita que lo atendamos. También dijimos que el cuerpo es el símbolo de la separación. Sentir sus necesidades y trabajar por satisfacerlas es la manera de comprobar que la separación es real. Cuando alguien te pide que le cuentes sobre ti, ¿lo que le cuentas no es la historia de tu cuerpo? El lugar y la fecha donde nació tu cuerpo, la casa donde vive tu cuerpo, la pareja con la que convive tu cuerpo, las enfermedades por las que ha pasado tu cuerpo, los países en los que ha estado. El cuerpo es el “héroe”, el protagonista, de tu película. Todo gira alrededor de él. El cuerpo lo vemos como una persona de pleno derecho. Gracias a que estamos tan profundamente identificados con el cuerpo, es natural que queramos atenderlo en sus necesidades. Es de esperarse que queramos mimarlo, protegerlo y escucharlo. El cuerpo pide y la mente obedece al buscar lo que necesita para aplacar sus deseos. Bajo esta visión, la idea de que el cuerpo de por sí no necesita nada suena ridícula. Sin embargo, eso es lo que el curso enseña. Así está explicado en el capítulo 27: > El sueño del mundo adopta innumerables formas porque el cuerpo intenta probar > de muchas maneras que es autónomo y real. Se engalana a sí mismo con objetos > que ha comprado con discos de metal o con tiras de papel que el mundo > considera reales y de gran valor. Trabaja para adquirirlos, haciendo cosas que > no tienen sentido, y luego los despilfarra intercambiándolos por cosas que ni > necesita ni quiere. Contrata a otros cuerpos para que lo protejan y para que > coleccionen más cosas sin sentido que él pueda llamar suyas. Busca otros > cuerpos especiales que puedan compartir su sueño. (T-27.VIII.2) Lo que este párrafo quiere decir es que hemos diseñado un sistema que nos enseña una lección primordial: “que el cuerpo es causa y no efecto. Y que tú que eres su efecto, no puedes ser su causa.” (T-27.VIII.3). Recordemos que el cuerpo solo empezó a ser parte de nuestra experiencia luego de que decidimos separarnos de Dios. El cuerpo es un efecto de la mente y nunca ha dejado de serlo. La verdad de esa idea se encuentra guardada en nuestro ser y constantemente sale a flote, aunque no la tomamos muy seriamente. Por ejemplo, cuando oímos que alguien juzga a otro por su apariencia física pensamos que es una persona superficial. Intuitivamente sabemos que lo que está por dentro es lo valioso. Cuando oímos que tratan a otros como si fueran objetos también nos indignamos, porque entendemos que la dignidad tiene que estar dirigida a lo interno. Nos inspiran historias de personas que superaron su limitaciones físicas gracias a su fuerza de voluntad porque internamente sabemos que el cuerpo es como una prisión y que la mente quiere ser libre. La única manera de que la verdad se haya mantenido oculta por tanto tiempo es a través de un sistema que nos enseñe y nos refuerce la idea de que el cuerpo es causa y la mente es su efecto. ¿Cuál es el sistema que hemos diseñando para enseñarnos esta lección? El sistema que nos enseña que somos un cuerpo empieza con la idea de que el cuerpo tiene sus impulsos y necesidades. Un ejemplo sería sentir frío, un impulso que nos indica que el cuerpo requiere de ropa y otros accesorios. Para poder procurar esas cosas, necesitamos dinero y para tener dinero hay que trabajar duro. Esforzamos el cuerpo por tiras de papel, discos de metal y números en la pantalla de un banco. Nos inventamos un sinnúmero de actividades vacías para obtener esas tiras de papel. ¿Pero nos detenemos cuando la necesidad está satisfecha? ![](https://siran.github.io/assets/a_new_vision_on_money/paper-money.png) En lugar de simplemente satisfacer una necesidad puntual, terminamos despilfarrando el dinero en cosas que no queremos ni necesitamos. ¿Quién no se identifica con esto? ¿Quién no ha despilfarrado el dinero en cosas que jamas utilizó? ¿Quién no ha comprado cosas que realmente no necesita? Trabajamos duro para obtener algo que luego vamos a desechar. ¿Qué sentido puede tener esto? Sin embargo, este sistema tiene tanto sentido para nosotros que utilizamos las mismas tiras de papel y discos de metal para contratar a otros cuerpos que hagan el trabajo por nosotros. Su trabajo es recolectar “más cosas sin sentido” para uno mismo. También nos buscamos a esa persona especial con quien compartir la ilusión de obtener más dinero que se pueda despilfarrar en más cosas innecesarias. Poseer por poseer es uno de los eslóganes del ego. Como todo lo que proviene del ego, termina siendo un razonamiento circular. El dinero se pone al servicio del cuerpo y el cuerpo al servicio del dinero. La mente se mantiene como la víctima de este ciclo. Jesus tienen un buen sentido de la ironía. Cuando se ve bajo esta luz, el sistema entero causa risa por lo absurdo y sin sentido que es. ¿Puedes ver lo absurdo de todo esto tú también? ![](https://siran.github.io/assets/a_new_vision_on_money/consumers.png) Muchos se han atrevido a señalar lo absurdo del sistema. Por ejemplo en el 2008, como producto de una crisis financiera, surgió el movimiento “Occupy” como una manera de protesta en contra de las injusticias financieras. También existen movimientos anti-consumo que señalan lo absurdo y peligroso de centrar la sociedad alrededor de la idea de un constante consumo de bienes y compra de productos. Estos y muchos otros grupos similares protestan el sistema puesto que pueden ver los efectos perniciosos que causan en las personas y el medio ambiente. Sin embargo, ningún grupo señal que el verdadero problema es que pensamos incorrectamente que el cuerpo manda solo. En este mundo esos problemas los vemos como algo muy serio. Pensamos que el dinero es simplemente un hecho con el cual hay que vivir porque el cuerpo necesita cosas. No hay duda de que hemos aprendido muy bien la lección central que este sistema nos quiere enseñar: el cuerpo es causa y no efecto. Para que un sistema tan absurdo no se salga inmediatamente de control, creamos normas y leyes que obedecer. El curso nos asegura que, aunque nos sentimos atados a estas leyes, sentiremos una profunda liberación cuando nos demos cuenta que realmente no son leyes, sino parte de una locura. Esto lo dice en la lección 76 del Libro de Ejercicios: > Piensa en la liberación que te brinda el reconocimiento de que no estás atado > a las extrañas y enrevesadas leyes que has promulgado para que te salven. > Crees realmente que te morirías de hambre a menos que tengas fajos de tiras de > papel moneda y montones de discos de metal. (…) > > La demencia es la que piensa estas cosas. Tú las llamas leyes y las anotas > bajo diferentes nombres en un extenso catálogo de rituales que no sirven para > nada ni tienen ningún propósito. Crees que debes obedecer las “leyes” de la > medicina, de la economía y de la salud. (…) > > Eso no son leyes, sino locura. (L-76) Ejemplos de estas leyes hay muchos. Está por ejemplo la idea de que hay que ganarse la vida. En el anexo de psicoterapia del curso nos dice que tenemos la creencia “de que existen fuerzas que se deben vencer para que uno pueda incluso estar vivo” (P-2.V.1) Pensamos que la vida debe suponer un esfuerzo para que tenga lugar. Otra ley fundamental es la ley de la oferta y la demanda. En este mundo la oferta es siempre limitada y se dice que las necesidades son infinitas. Bajo las leyes del mundo pensamos que no es nuestro derecho natural otorgado por Dios, sino que es un privilegio que tenemos que ganarnos a la fuerza. Como la oferta es limitada pensamos que estamos en competencia con los demás y que nos arrebatan lo que procuramos para vivir. Jesus nos recuerda, no obstante, que esta ley es una locura y que al liberarnos de ella sentiremos un profundo alivio. Hagamos entonces lo que nos propone. Cierra los ojos unos minutos y dedícalos a pensar en cómo te sentirías si en verdad pudieses reconocer que no estas atado a las leyes de la economía. Piensa en cómo te sentirías si no tienes que hacer esfuerzo alguno para ganarte la vida. Piensa en cómo sería tu vida si pudieras reconocer que todas esas leyes que parecen atarte son una locura y que sólo las leyes de Dios te gobiernan. Observa bien cómo te sentirías. ¿No es ese un objetivo que quisieras alcanzar? ¿No pondrías tu cuerpo al servicio de esta meta? ## Práctica Ya vimos que tenemos la tendencia a centrar nuestra vida en complacer el cuerpo y poner todos nuestras esfuerzos en la acumulación de cosas que puedan complacerlo. Necesitamos centrar la mente desde temprano en el día para que el objetivo sea otro. Hoy introduciremos un elemento adicional a nuestra práctica con este objetivo. Nos dedicaremos a empezar el día bien. ### En la mañana Dedica unos 15 minutos en la mañana a la siguiente práctica. 1. Cierra tus ojos y determina tu mente a mirar con honestidad y sin engaños 2. Busca las creencias que tienes sobre las leyes de este mundo que tienes que obedecer. Por ejemplo "si no como me muero", "si no gano dinero me pueden echar", "si no me tomo los medicamentos se me empeora la enfermedad", etc. 3. Para cada creencia observa como esa ley te hace sentir, especialmente si te imaginas violando la ley. 4. Deshazte de cada creencia con estas palabras, dichas lentamente y con la confianza plena de que surtirán efecto: > "Creo que ____________, pero eso no es cierto. A mi sólo me gobiernan las > leyes de Dios" Por ejemplo: > Creo que moriría de hambre si no tengo dinero, pero eso no es cierto. A mi > sólo me gobiernan las leyes de Dios Si estás haciendo los ejercicios bien, tu mente llegará naturalmente a un estado de silencio en el que no encontrarás más creencias y te hallarás en paz. Dedica el resto del tiempo a permanecer en ese estado y recordarte a ti misma que ese es el estado en el que deseas permanecer el resto del día. ## Durante el día Como el sistema en el que estamos viviendo lo hemos aceptado como algo normal por tantos años, es entendible que con una meditación en la mañana no vaya a desaparecer de inmediato. Para eso requerimos de una práctica constante que nos ofrezca una alternativa más cuerda. A lo largo del día mantente alerta a cualquier pensamiento que te diga que tienes que estar al servicio del cuerpo, o que el cuerpo tiene que estar al servicio del dinero. Pueden ser por ejemplo pensamientos de ansiedad sobre tu trabajo, o pensamientos de que quieres complacer al cuerpo con algún capricho. Mantente especialmente alerta a los pensamientos que tienes en relación a las compras o metas que quieras alcanzar. Siempre que te atrapes teniendo un pensamiento que tenga como objetivo complacer el cuerpo o alcanzar objetivos que estén al servicio del cuerpo, responde inmediatamente con la verdad: > "Esto que creo que necesito no es lo que me hará feliz. Me aquietaré para > escuchar la alternativa que Dios me ofrece" Recuerda siempre que las palabras deben decirse muy lentamente y buscando el significado que ellas traen. Por ejemplo, si dices "me aquietaré para escuchar", haz exactamente eso. Adicionalmente, configura el temporizador de tu teléfono para recordarte cada 20 minutos y mantener tu objetivo en mente durante todo el día: > Hoy no perderé el tiempo tratando de probarme a mi mismo que el cuerpo me > ordena.
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